jueves, 14 de mayo de 2015

Desventuras literarias I

Hace mucho que no publico nada por acá, pero puedo usar el botón «programar» y nadie se da cuenta, jo jo jo. 
Mejor así, quizá. No publicar tanto y listo. (La vida pasa por otro lado, digo, me parece.)

Ayer me encontré abandonado un libro abajo de una silla en Puán. 
No digo cuál es porque puede aparecer el dueño y se cumpliría de nuevo lo de «easy comes, easy goes…», jo jo jo.

Pista: es de un autor de quien ya tengo un libro que nunca leí. De modo que ahora son dos libros que quizá nunca lea. ¿Será el destino de este autor quedar «obliterado» bajo el polvo en mi pequeña y abarrotada bibliotequita? Quizá sí, porque parece ser que fue (o es; ja ja ja, cuánto misterio) un culeado que escribía cosillas muy izquierdosas pero a quien hacia el final de su vida «se le notó la marca de la gorra».
Era de Vargas Llosa.

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